Neonatología

POR UN NIÑO SANO... EN UN MUNDO MEJOR

Preguntas más comunes sobre la Lactancia

Dr. Miguel Angel Debuh
Medico Pediatra y Neonatólogo

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La producción de leche madura comienza cerca de las 30 horas después del parto, pero puede que sea evidente por dos a cinco días. El tiempo de producción varía dependiendo de la habilidad de su bebé de adherirse correctamente y que tan frecuentemente y efectivamente su bebé succiona. Generalmente mientras más bebés usted tenga, más pronto su leche vendrá. Tenga en mente que hasta que la leche madura esté presente, su bebé estará recibiendo calostro rico en propiedades, el cual tiene tres veces más proteínas que la leche madura y es justamente lo que necesita su bebé para satisfacer sus necesidades durante esos pocos días.
Los bebés deben ser alimentados tan frecuentemente como ellos muestren un deseo de ser amamantados. Esté pendiente por las señas de sus bebé. Hurgando, pasando la mano sobre su propia cara, o haciendo movimientos de succión son todas indicaciones que es hora de amamantar. El llanto puede causar que sus bebé tenga una succión no-coordinada, haciendo que el inicio de la lactancia sea dificil.

La mayoría de los bebés necesitan ser amamantados por lo menos 8 a 12 veces en 24 horas durante las primeras pocas semana. Una vez que usted y su bebé están sincronizados, la frecuencia y la duración de las sesiones por día disminuirán. Deje que sus bebé sea amamantado tanto tiempo como él quiera en el primer seno; él le dejará saber cuándo él ha terminado, por quitarse del seno espontáneamente o por entrar en el estado soñoliento de succión no-nutritiva. Usted puede hacer eructar al bebé y ofrecerle el otro seno. Si su bebé lo toma, está bien; si no lo acepta, esto está bien también.

En términos generales, la mayoría de los bebés serán amamantados cada 2 a 3 horas por 5 a 15 minutos por seno.
Existen tres posiciones comunes. Modificando las posiciones de amamantamiento de una a otra se evitan posibles problemas, y nos aseguramos que la leche sea drenada desde todas las áreas del pecho.

En la posición tradicional, la madre se encuentra sentada en una sillla confortable, manteniendo al bebé en uno de sus brazos con su cabeza ubicada en el pliegue de su codo. Ella emplea su otra mano para elevar su pecho, comprimir el pezón y la areola entre su segundo y tercer dedo (o entre el pulgar y el primer dedo) y guía el pezón y la areola en la boca del bebé.

La posición invertida (en ella, el bebé es colocado por debajo del brazo de la madre, en la misma forma en que un jugador de Football americano mantiene el balón), la madre debe estar sentada en un sillón o en la cama, y el cuerpo dle bebé debe estar apoyado sobre una almohada a su lado. Una de las manos de la madre sostiene la cabeza del bebé y el cuerpo mientras que la otra mantiene la mama y dirige el pezón.

En la posición para amamantar acostada, la madre y el bebé están acostados enfrentándose cara a cara. La madre tiene un brazo por debajo de la cabeza del niño y emplea su mano libre para levantar el pecho y ubicar el pezón
El bebé se prende del pecho, con el pezón y la mayor parte de la areola en su boca, con sus labios rodeándola por fuera. A medida que la succión del bebé tracciona del pezón, este se estira y es presionado contra el paladar, momento en el cual usted sentirá un tirón firme, pero no dóloroso. Si el bebé no está prendido firmemente del pecho, el niño no podrá mamar. Si por otro lado, no siente esta tracción firme, saque al niño del pecho, póngalo en uno posición que sienta realmente más confortable, y esté segura de que tiene la areola en su boca, ahora inténtelo de nuevo. La posición invertida es particularmente útil para aquellos niños que tienen dificultad pera prenderse al pecho. Los pezones invertidos que se mantienen planos contra el pecho y que no se estiran cuando son estimulados hacen dificultoso para el niño prenderse del pecho. Usar casquillos plásticos mamarios o formadores de pezón en el interior de su soutien, durante varias horas al día en el último mes del embarazo y en los primeros días del amamantamiento, le ayudarán a estirar el pezón hacia afuera favoreciendo así que el bebé pueda prenderse al pecho.
Cuando el bebé comienza a succionar, la leche es eyectada desde los conductos donde es almacenada y comienza a fluir a través del pezón. Existen signos que indican que la leche está siendo eyectada, entre ellos:
  • Goteo de leche en la mama opuesta.
  • Ruidos deglutorios fuertes cuando el bebé traga la leche que es eyectada en pequeños chorros en su boca.
En los primeros días después del nacimiento, lo que usted siente como leves cólicos menstruales, en realidad se trata de contracciones uterinas que aparecen por la acción de la ocitocina, hormona responsable de la eyección de la leche. Estos cólicos ayudan a que su útero recupere el estado que tenía antes del embarazo y tienden a disminuir la hemorragia postparto.

Después de las primeras semanas, en el momento que el bebé comienza a succionar, aparece en ambas mamas una sensación de hormigueo "como alfileres y agujas".

Cuando el amamantamiento está bién establecido, fluye la leche de los pechos en el momento que corresponde a una mamada.
Para que el bebé pueda obtener la leche es necesario que ponga en práctica un ritmo efectivo de succión deglución. Usted puede escuchar el proceso de deglución y además ver cómo los músculos que se encuentran por delante de los oídos se mueven rítmicamente a medida que él succiona. Si el bebé no mantiene una succión y deglución rítmica, succiona en forma suave y veloz, toma largos descansos, solo traga ocasionalmente, o se duerme despues de pasar sólo unos pocos minutos en el pecho, debemos pensar que no esta ingiriendo leche.

No permita que su bebé tenga este hábito de succión no nutritiva o "actitud pacificadora’, ya que pueda no aumentar de peso en la medida de lo deseado. Retirelo del pecho y despiértelo acariciándolo o sacándole las ropas. Cuando lo ponga nuevamente en el pecho, tenga la seguridad de que se ha prendido a él adecuadamente y trate de mantenerlo despierto y estimulado acariciándolo o bien frotando suavemente su espalda. El límite de tiempo de una mamada completa no debe ser mayor de 30 minutos, estimulando al bebé para que se mantenga despierto y activo durante la misma.
Sepa que las cosas están funcionando bien cuando su bebé está ansioso por mamar, succiona rítmicamente en ambas mamas durante 10 a 25 minutos y parece contento después de haber sido amamantado. Deberá tener por lo menos 6 pañales húmedos por día, tener varias deposiciones diarias líquidas, de color mostaza y se deberá despertar para alimentarse por lo menos cada 4 horas, durante la noche y el día. Idealmente, los bebés tendrían que recibir el pecho cada dos a tres horas. Si usted no lo amamanta con la suficiente frecuencia, su aporte de leche disminuirá y el bebé no conseguirá la cantidad de calorías que requiere para tener un crecimiento apropiado.
Intente descansar lo máximo posible. Cuando el niño es criado exclusivamente a pecho, tendrá que ser alimentado 8 a 12 veces por día, de modo que usted necesitará ayuda para la atención del niño y también para llevar a cabo las tareas de su casa. Debido a que el refiejo de eyección se inhibe cuando la madre está perturbada o ansiosa, y mejora con la relajación y la intimidad con el bebé, consiga que el ambiente en el cual le dé de mamar al bebé sea confortable y tranquilo.

Las madres que están amamantando deben comer bien (cerca de 500 a 1000 calorías más por día que las que ingerían antes del embarazo, pero en cierta medida menos de lo que comía durante el embarazo), tomar abundante cantidad de líquidos, y limitar la ingesta de cafeína (a un solo pocillo de café por día) u otras bebidas cafeinadas. Coma todos los alimentos que desea (los bebés no son perjudicados por el ajo, el chocolate, las cebollas u otros alimentos fuertes), tome leche sólo si es de su gusto y no haga ninguna dieta.

Las madres que amamantan, estadísticamente, bajan de peso más rápidamente que aquellas que no lo hacen .El peso extra que había adquirido durante el embarazo disminuirá gradualmente en el curso de varios meses a un año. Hasta 4 o 9 meses después del parto, no menstruará (ni probablemente ovule), no obstante no considere al amamantamiento como una forma de planificación familiar. Si no desea un nuevo embarazo consulte con su obstetra sobre el método anticonceptivo que puede utilizar.
En realidad no, sin embargo en la primera semana o próximo a ella, puede enfrentarse con algunos problemas. Algunas mujeres, en especial las rubias y las pelirrojas de pieles muy claras, suelen tener una mayor sensibilidad o grietas en los pezones, lo cual resulta muy doloroso, particularmente en el comienzo de la mamada antes de que se produzca la eyección. Puede aliviar esta sensación dolorosa secando sus pezones después de cada mamada con un flujo de aire caliente de un secador de pelo con un grado bajo, o manteniendo una lámpara de 60 watt a una distancia de 20 a 30 cm de los pezones durante cerca de 15 minutos. Si en uno de los pezones tiene fisuras o grietas,ponga al bebé primero en el pecho sano para que se inicie la eyección de leche y luego cámbielo al pecho que tiene lesiones en el pezón. Mantenga al bebé en el pecho durante 8 minutos, luego cámbielo al pecho sano.

Puede ser útil tomar paracetanol 15 minutos antes de cada mamada. Tenga en cuenta que las ropas que rozan sus pezones sean suaves. No use pezoneras si tiene el pezón bien formado (pueden interferir con la estimulación del pezón y disminuir la secreción de leche). Recuerde, el problema es temporario.

La mastitis, una inflamación de la mama, puede ocurrir en cualquier momento durante el período de alimentación materna. Los síntomas aparecen en un cuadrante de la mama que tiene mayor sensibilidad, está rojo, con pequeñas depresiones, y la mujer tiene la sensación de tener gripe y frecuentemente tiene fiebre. La mastitis puede ser secundaria a la obstrucción de un conducto que corresponde a un área de la mama que no ha sido adecuadamente drenada con la mamada. Si desarrolla alguno de estos síntomas, consulte a su obstetra o a su pediatra. El tratamiento habitual está representado por los antibióticos, mamadas más frecuentes, descanso y compresas calientes en el pecho durante la mamada. Ni la mastitis ni los antibióticos pueden perjudicar al bebé.

No interrumpa el amamantamiento. Si detiene en forma abrupta el amamantamiento, la leche se acumulará en el pecho, lo cual puede conducir a la formación de un absceso.