Pediatría

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Accidente. La situación prevenible

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Dr. Miguel Angel Debuh
Medico Pediatra y Neonatólogo

En los distintos hospitales en que me he desempeñado, sea en el área de Urgencias, como el de Internación o Consultorios, siempre me pareció que se pudo hacer algo mas, para evitarle a ese niño/ adolescente el riesgo de traumatismos, cuando no fue la lesión o la perdida de su vida, lo que me toco presenciar o asistir.

He visto muchos niños mordidos por perros propios, o ajenos, sea porque estaban de visita y…se acercaron a un animal que “protege a su manada”.Digo esto porque el humano vive una situación anómala; considera al perro como “parte de la familia”, y, para el animal esta es “parte de la manada”, y en la misma hay peleas (y ataques) en busca de escalonar una mejor posición.

Los padres deberían averiguar cual es la raza más conveniente para co-habitar con la familia, y, para los de guarda; tomar los recaudos y enseñar al niño como comportarse con el propio y los ajenos
He visto pacientes con arañazos de gatos (algunos requirieron internación), también diversos traumatismos ocasionados por vivir situaciones de riesgos con animales salvajes en “zoológicos con especies en su hábitat natural”

Y lamentablemente vi. muertes, como la del chico que fue a Ezeiza y sin saber cabalgar subió a un caballo que se desboco y…

Otras veces, dijo presente la violencia, la ignorancia, el desinterés, el alcohol, etc., etc.

En parte por lo expuesto, y porque como medico siempre pienso en la Prevencion, es que insisto en preocuparse en este tema, informarse, y tomar conductas preventivas.

De ahí, que he seleccionado el siguiente articulo, que complementa la temática e información de los anteriores.

Por esto; es que recomiendo una atenta lectura de la siguiente editorial de la Revista del Hptal de Niños.

Editorial
El accidente, la enfermedad olvidada

El accidente es la primera causa de muerte en niños de entre 1 y 18 años.
Según datos del Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, por cada paciente muerto deben internarse 35 personas, de 3 a 4 sufrirán discapacidades permanentes; 75, discapacidades temporales, y entre 500 y 1500 sufrirán lesiones de diverso grado de severidad, sin requerir internación.

Por ejemplo, si tomamos en cuenta que por accidentes de transito mueren en el país 10.000 personas por año (según datos del Instituto de Seguridad y Educación Vial) y que el 10% son niños, eso significan que 1000 niños mueren, se hospitalizan 35.000 y alrededor de 1.000.000 presentaran lesiones, solo por esta causa.

Esto conlleva a un gran costo económico, no solo en lo asistencial inmediato, sino también en las discapacidades que provocan el accidente, y la perdida de días de escolaridad y de futuros días de trabajos y productividad.

Se habla de muertes, discapacidades permanentes, lesionados, dolor, cuando se debería hablar de juegos, deportes, colegio, alegrías, futuros.

Sin duda, cualquier campaña de prevención será menos costosas y con resultados mas alentadores que lo que se gasta en las atención de accidentados severos o discapacitados.
Normalmente, se inculpa al destino o al designio de los dioses cuando ocurre un accidente, pero ¿es el destino el responsable cuando un conductor cruza una calle con luz roja y atropella a alguien, o cuando un niño sale despedido de un automóvil al que no estaba correctamente asegurado o cuando un conductor pierde el control de su vehículo a causa de un bache, o cuando un colectivero debe cumplir su recorrido en tiempos en que solo un competidor de formula 1 lo lograría, o cuando un niño se cae de un balcón que carecía de la protección adecuada?, etc.

Los ejemplos abundan y valen para demostrar que el accidente no es un hecho fortuito, sino que SIEMPRE es responsabilidad de alguien: padres, maestros, policías, autoridades, nuestras, etc.

Dijo Sabato refiriéndose a la casualidad: barbarismo por causalidad.

Una niña de 9 años sufre una herida penetrante en el tórax al disparársele a su hermana una pistola calibre 22; un niño de 3 años sufre una disección colonica debido a que su hermano de 7 años, después de intentar ahorcarlo, le da patadas en el abdomen, que le produce la lesión; un niño de 2 años sufre un traumatismo grave de cráneo cuando su padre le pega con un tablón en la cabeza y le ocasiona la muerte; un niño es herido de bala en el abdomen mientras juega en la vereda de su casa, al quedar en medio de un enfrentamiento entre policías y ladrones, hecho que se repite con alarmante frecuencia en estos tiempos.

Todos estos casos parecen extraídos de las páginas policiales de los diarios más sencionalistas, pero lamentablemente no es así, son algunos de los pacientitos asistidos e internados en los últimos meses en nuestro hospital.

La epidemiología de trauma esta cambiando, y lo mismo sucede en otros países, donde la violencia registra un continuo aumento, observándose un mayor numero de menores con heridas penetrantes ocasionadas por armas de fuego y armas blancas, como así también situaciones de maltrato familiar y social.

Ante todas estas estadísticas y casos clínicos ¿Cuál debería ser nuestra actitud? ¿Qué responsabilidad debemos y queremos tener?

Solo cuando comprendemos la real importancia y la magnitud de esto flagelo en la actualidad, podremos intentar un cambio, para que esta patología deje de ser la enfermedad negada de la sociedad moderna.


Pablo Neira.
COMITÉ DE TRAUMA
HOSPITAL DE NIÑOS “RICARDO GUTIERREZ”
GALLO 1330-BUENOS AIRES –ARGENTINA


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